- Amiga.- estoy enfadada… Grrrrr, estoy que muerdo y enveneno a cualquiera.
- Amiga.- no soporto ver como manipulan a mi madre para que haga lo que ellos quieren.
Estás observando tu cuerpo, tu mente, tu parloteo mental?
¿Sientes la tensión muscular, la cabeza, el corazón, el estomago? ¿ves como de alguna manera te afecta lo que sientes?
Bieennn…
¿Puedes cambiar a esas personas?
- Amiga.- No… Ellos son así (se nota cierta resistencia)
Has decidido sentirte mal por algo que otros hacen… te das cuenta que esas personas tienen poder sobre ti… Ellos pueden decidir cuando tienes que enfadarte o ser feliz ¿Quieres darle ese poder?
Con tu actitud le estás diciendo: “Soy infeliz cuando ustedes manipulan a mi madre”. No te das cuenta que te dejas manipular también. Le dices: “Estaré enfadada hasta que dejen de hacerlo”… cuanto poder le estás dando a esas personas. De alguna manera le estás diciendo: “ustedes deciden cuando debo estar feliz o enfadada”.
Cuanto poder le estás dando. ¿Eres consciente de ello?
Volvamos a tu enfado ¿Te sientes enfadada ahora?
- Amiga.- se ríe… jejejejejejeje… No, incluso los síntomas físicos del enfado han desaparecido.
La comprensión da mucha paz… abandonamos la lucha interior… recuperamos nuestra fuerza interior. Toda lucha interior por intentar cambiar nuestros sentimientos, por querer ver un entorno a nuestro gusto, es un gasto de energía enorme que desgasta hasta lo físico.
Mi amiga fue consciente de su enfado, lo sintió, lo vio… cuando encontró la oportunidad de aclararlo todo, de comprender lo que puede o no puede hacer… en ese momento su enfado cambió. Se sintió poderosa, aunque reconozca que no tiene el poder de cambiar al otro
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus Comentarios enriquecen este Blog