Llega el día y con un suspiro de alegría te levantas, pero tu mente sigue recreando esas imágenes de ayer tan felices… Qué bien!!! Eres feliz!!! Y así un día… Y otro día… tu mente de alguna manera se resiste a grabar el ahora… Sin darte cuenta, se convierte en un bucle, repite y repite lo que considera que es la felicidad… Se olvida que ayer lleva semanas, meses o años en el pasado.
Tu mente se mete en una nube de fantasía recordando un día feliz
- ¿Qué pasa con lo que estás viviendo ahora?
- ¿te das cuenta de que no puedes vivir constantemente en el recuerdo… en el ayer?
- ¿Te das cuenta como al hacerlo pierdes la oportunidad de vivir el ahora?
- ¿Te das cuenta que si intentas recrear una y otra vez un día feliz, cae en la estupidez?
El pasado te inmoviliza porque quiere que seas testigo una y otra vez de la misma imagen que se repite una y otra vez… Visto así es un poco cansino y monótono, ¿verdad?
El presente es vida, energía, acción… Ahora estoy con mi hijo, disfruto, le escucho, juego, le acompaño… Después estoy comiendo: disfruto, huelo, converso, siento… Después doy un paseo: Observo, rio, converso con el vecino, saco fotos… Cada paso del día se convierte en dinamismo, en vida… en energía… Cada momento es nuevo… es distinto.
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