7 de mayo de 2009

¿Qué vive una persona en su camino de libertad?


¿Qué siente la persona Libre? ¿Qué surge?

Surge el respeto y la comprensión hacia el que no ha logrado llegar al punto donde me encuentro. Es posible que al ver un hijo o hija, a la pareja, una amiga, los padres… sientas cierta necesidad de hacerles ver que están con una venda en los ojos y que es preciso hacer los cambios que he hecho, surge una prisa por cambiar al otro, incluso puedes sentir cierta tristeza al ver que las personas que quieres, no puedan disfrutar de la felicidad, la paz y la armonía que experimentas… después de un proceso de reflexión te das cuenta que cada persona elige su camino, tu has elegido el tuyo, y es en este momento cuando empieza a surgir ese respeto y compresión hacia donde está el otro. Si te das cuenta, empiezas a experimentar el verdadero amor, “Aceptar al otro tal cual es”. Y aquí empiezan los milagros en tu vida. Cuando llegas a este punto se crea una energía muy potente, transformadora, capaz de obrar milagros en la vida de los demás, aunque no lo pretendas ni lo busques.

Surge el respeto y la comprensión hacia mi cuerpo.
En la búsqueda de la felicidad, de la paz y de la superación personal se suele dar mucha importancia al mundo espiritual, emocional… de las personas… Y se puede caer en la tentación de no darle importancia al mundo material y al cuerpo físico. En el camino de la verdadera Libertad, encontramos que tenemos unas necesidades básicas de comida, ropa, casa, dinero… La libertad se conquista, se obtiene, se siente… Cuando empiezas a satisfacer tus necesidades básicas.

Se siente una comprensión y surge una sabiduría hacia nuestro cuerpo.
A lo largo de los siglos, la teología católica identificó el cuerpo como pecaminoso… Cuando conquistamos nuestra libertad, todas estas ideas heredadas de nuestra cultura religiosa son superadas y empezamos a ver y comprender la sabiduría de nuestro cuerpo, empezamos a disfrutar de el.

Nuestro cuerpo usa sencillos sistemas de alertas o alarmas que nos avisan de necesidades y exigencias que son necesarias para nuestro bienestar y supervivencia. Empiezas a descubrir que el cuerpo es inteligente y que avisa cuando algo falla. Cada una de estas sensaciones utiliza una parte de nuestro cuerpo para indicarnos que algo pasa, puede ser un dolor de cabeza, problemas con el corazón, problemas con la digestión… deseos sexuales.
  • -Sentir miedo es un aviso de que existe un peligro o de que me siento con poca fuerza para enfrentarme a una situación que considero peligrosa.
  • -La culpa es un sentimiento que me avisa de que he obrado mal y debo rectificar o que me quieren manipular.
  • -La ansiedad es una sensación de que algo en mi vida me sobrepasa y no controlo.
Cuando te sientes libre, descubres que no es necesario esa batalla interior para erradicar o quitarse de una vez esos sentimientos… al sentirnos libre, dueño de nuestra propia vida y por lo tanto fuertes y seguros… aceptamos como propios esos sentimientos, incluso se llega a ver con grandeza y sabiduría… el hecho de sentirme libre, seguro y fuerte no quita que pueda sentirme inseguro, débil y limitado, es parte de mi y de la sabiduría universal, no lucho contra ellos… consecuencias: no hay conflictos en mi interior.

Conclusión, el cuerpo pone a nuestra disposición mecanismos de alerta que ayudan en tu proyecto de conseguir tu libertad. A medidas que aprovechas estos mecanismos de tu cuerpo, ganas en salud, en seguridad… al final, consigues más libertad.

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