1 de julio de 2010

El Día de mi Muerte


El día de mi muerte no te quiero ver llorar, y si lloras es porque sabes que  decidí cambiar… Decidí unirme a esa gran energía del amor eterno para acompañarte hasta que decidas unirte tu también.

El día de mi muerte no quiero coronas de flores, crisantemos o esas monstruosas esferas con bandas de palabras vacías… Y si me pones flores, que sea un jardín de rosas rojas y blancas, claveles y orquídeas decorando el salón donde estarán aquellos que decidan acompañarme en mi gran viaje con sus sentimientos  y recuerdos.

En el día de mi muerte los quiero vestidos de blanco, cantando y bailando… celebrando el misterio de la vida, que comienza o termina con la muerte…. Quiero coro de Gospel, Salves y Palos Dominicanos… Quiero que se tueste café y cacao, para que sus aromas se unan con mi espíritu y juntos fluyamos hacia una nueva vida.

Quiero una sepultura a lo ancho del mar y a la luz de la luna… con aromas de espuma y sal.

Y aunque no esté muerto ni lo deseo, más bien amo la vida en toda su plenitud… Y es esto que me lleva aceptar la muerte… Y aunque no esté muerto, quiero que sepas que te amo, te he amado… Que soy feliz, he sido muy feliz… Y esto es lo que me hace sentir estas raras sensaciones.

El día de mi muerte quiero que sea eso, el día en que un hombre siendo feliz, decide pasar a otras sensaciones, a otros mundos… A otra energía. Me iré allá donde se pierden las olas del mar, persiguiendo mis nubes de sueños. Me iré con la satisfacción de haber construido mi camino allá donde se pierde el de los demás. Me iré movido por el viento de la libertad... de mi libertad.

     Gracias a la vida que me ha dado tanto: Los sueños, la nostalgia, la alegría, los abrazos, la esperanza… y sobre todo la amistad y el amor.
     Gracias por haber visto sonrisas de niños, de mis niños… de mi niño.
     Gracias por haber sentido la pasión de la adolescencia enamorada.
     Gracias por la sinceridad de los amigos, de mis amigos.

En el día de mi muerte quiero dormirme con la magia de una sonrisa y el abrazo eterno de aquella energía divina.

¿Para qué llorar?
Si sabes que esta felicidad que tengo es eterna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tus Comentarios enriquecen este Blog

Las Palabras no Tienen Dueño...

Puedes copiar y distribuir... Puedes hacer trabajos derivados... Siempre y cuando indiques la Autoría o la fuente, por ejemplo añadiendo un LINKS a este blog... De esta manera reconoces y apoya el trabajo del autor. Pero, lo que no se permite es un uso comercial.
Muchas Gracias.

Comparte con tus Amigos