Escucha las palabras del gran maestro:
Las aves no siembran ni cosechan, no tienen despensa ni granero, y sin embargo Dios las alimenta" (Luc 12, 24)
Todo está bien, alma mía...
Contempla el sol, el no se preocupa por su existencia, solo nos da vitalidad, calor, vida...
Decora el horizonte en sus atardeceres.
Todo está bien... No mires a la muerte, a la desesperación... a la depresión... Ellas pueden cerrar la puerta de tus ilusiones, de tu paz, de tu vida.
Abre, alma mía, las ventanas para que el aire acaricie tus anhelos.
Abre los oídos para escuchar la sinfonía de la vida...
- Para ver las sonrisas de niños alegres.
- Para sentir el corazón enamorado.
- Para abrazar al hijo herido.
Todo está bien... Alma Mía.
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