Yo, desde mi sillón, subo la televisión, tratando de no saber nada de ti, pero aunque intente silenciar tu dolor, hoy es más fuerte que nunca…Un eterno silencio inundó tu casa…Ya no habrá otro día de dolor…Un filo de una navaja te silenció para siempre, y aunque no te escuches, hoy tus gritos se hacen más fuertes que nunca, retumban en mi mente y me hacen sentir un poco cómplice de tu maltrato, de tu muerte ¿Qué puedo hacer?
Y entre dolor, la impotencia y la sin razón, pienso en lo fuertes que eras…Se necesita mucho valor y fuerza para aguantar las palizas, los insultos, los desprecios…En mi mente retumban miles de preguntas:
¿Por qué aguantaste tanto? ¿Por amor? ¿Por qué le quisiste?
Y entre tantas interrogantes me pierdo en la sin razón. Recuerdo cuando me contabas que no podías vivir sin el, empezamos a hablar del amor ¿Amor? ¿Es eso amor?
--Si, aunque no lo creas, el “Amor” fue la puerta de entrada a tu calvario o al infierno del maltrato.
Recuerdo, además, cuando me contaste sobre el día en que le conociste….Te emborrachaste de “Amor”, tanto que no veías los primeros indicios de tu calvario.
¡Cómo te gustaba que estuviese atento a ti!!!
- Llamadas constantes.
- Preocupación para saber con quien estabas.
- Necesidad de estar siempre contigo.
- Excesivo cuidado y protección…
¡Qué bonito es vivir un amor así!!!
¡Por fin alguien se preocupa por ti!!!
…Y sin darte cuenta… abriste las puertas de tu infierno…
...de tu dolor…De tu muerte.
Mierda me gusta, por eso uno debe ser fuerte en los sentimientos ser fuerte y no dar todo...
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